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DECORAR PAREDES CON PAPEL VINTAGE

¿Has visto el dormitorio de Mia en La la land? Muy vintage y muy de estilo romántico. La clave para una decoración así son los tonos pastel, los muebles retro y el papel pintado vintage. Así se le da al hogar un toque de cine. Con esas paredes inspiradas en películas antiguas o basadas en décadas anteriores.

DECORAR PAREDES CON PAPEL VINTAGE

Para la pared de salones, cocinas y dormitorios la idea del papel pintado nace del gusto por las pequeñas cosas y los pequeños detalles. Así fue en el pasado y en los últimos años ha vuelto. Inspiraciones más que interesantes para el entorno diario como hojas de árbol, suelos originales al estilo de una casa vieja o una pintura mezclada accidentalmente. No hace falta ser un artista para hacer resaltar un espacio, ayudado de papeles pintados vintage consiguiendo una preciosa decoración, fuera de lo normal.

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Lo mejor que tiene el papel pintado es que nos ofrece mil posibilidades. Son idóneos para cualquier estancia. Desde el salón al dormitorio. Y en estos, tras la pared, los papeles pintados quedan sorprendentes, por su capacidad para convertir la personalidad de las estancias. Podemos empapelar solo una pared y parecerá que estrenamos piso. Diseños los hay para todos los gustos, si bien resaltan mucho los texturizados, los de motivos geométricos y, los estampados florales.

De factura moderna y vintage nada como el sofá chester para completar y contrastar con los papeles pintados de estilo psicodélico. El resultado es la mar de moderno y personal. Siguiendo esta tónica nos encontramos observando los estampados florales en cojines, en colores vivos. En los sesenta los papeles pintados estaban muy de moda, pero después cayeron en desuso. Obviamente aquellos papeles pintados no tenían ni un mínimo de calidad comparados con los de ahora. Y aquellos diseños eran horribles. En la actualidad hay verdaderas obras de arte de la decoración.

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Son una alternativa económica y limpia. Y siempre podemos dejar a la vista un poco de la piedra o el ladrillo de la pared, para lograr un entorno más rustico. Las tendencias en la moda y en la decoración siempre vuelven. Retornan para amoldarse a las nuevas tendencias. Junto con el papel pintado también el terrazo vive una segunda juventud. Para los amantes de lo ‘vintage’ son muchos los diseñadores que recurren a él como material esencial de sus diseños.

Los papeles murales pintados dan también un toque único y pueden simular verdaderas obras de arte. Imitan texturas a la perfección, e inclusive fotografías y paisajes. A veces son tan reales que creemos tener un amplio ventanal en vez de un mural o papel pintado. Así se crean habitaciones modernas, oficinas, habitaciones para pequeños y salones.

Otra idea vintage es decantarnos por un mapamundi. Encajan en cualquier habitación. Decorar con mapas está de moda. Si nos decantamos por el estilo industrial vayamos en busca del hormigón y cemento pulimentado para suelos y paredes. O bien papeles que recreen esas texturas. No hay que perder de vista el corcho. Se trata de un material menos conocido, pero muy interesante para cocinas y baños por su resistencia al desgaste. Es un material hipoalergénico, ideal para asmáticos y alérgicos.

SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA

SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA – ¿Quieres entender a qué tiene relación una invitación cuando dice etiqueta estricta, formal, casual, etc?

La Indumentaria para una ceremonia.

El vestuario para una ceremonia debe ser elegido en función de la petición. Pero la indumentaria que se lleve puesta debe ser lo más cómoda posible, dentro de las limitaciones. En relación a los colores que se tienen que usar, éstos tienen que ser según la invitación, si es que se dice algo al respecto, o atendiendo a los colores que mas se supongan con respecto a la temática del evento. Y también es importante fijarnos en el tiempo, si hace bueno tienen que ser colores cálidos. ¡Cuidado con el rojo en algunos eventos! Si hay lluvias, debemos usar colores más oscuros. Azul o negro suele estar bien. Si se trata de una boda y eres el novio, puedes buscar en trajes de novio barcelona y vas a ver lo más vanguardista y elegante.

SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA 3Para las mujeres vestido extenso hasta los pies de falda vaporosa y de colores oscuros y zapatos o sandalias de tacón. Esa es la indumentaria generalizada para fiestas de etiqueta y eventos como las bodas. Y complementos interesantes como un bolso plateado o joyas de colores. El pelo, aunque no siempre, ante la duda, mejor recogido.

Para los hombres, si se quiere romper de elegancia y se tienen dudas con respecto a si se puede ser considerado demasiado rompedor, es decir, si tememos que el ambiente puede ser demasiado clásico o conservador, no temas al frac, camisa, corbata blanca y zapatos de piel.

Dress code gala (Black tie) es la “etiqueta” pero es menos formal, y se usa en galas, graduaciones o bodas de noche. Para las mujeres consistiría en vestido extenso, mono o dos piezas. Y el peinado con un recogido entero o con un semi-recogido. Zapatos con tacón y de tonos a juego del vestido.

Etiqueta creativa es de los dress code más difíciles de ver en una invitación. Se recurre a esta invitación para eventos populares y culturales. Tanto para hombres como para mujeres combinamos toda clase de tejidos, estampados y cortes. El diseño más extraño que consigas imaginar entraría en la etiqueta creativa. Y un toque entretenido con unos zapatos a todo color y un bolso a juego. Y el Dress code cóctel (cocktail) es el más recurrente dado que se utiliza en fiestas de todo tipo: comuniones, bautizos, bodas de día, …

Dress code business

Según dónde trabajes deberás utilizar traje. Recursos Humanos te hará llegar un dress code especifico con el tipo de prendas que puedes y no puedes utilizar. Por lo general será un look ejecutivo. Para las mujeres falda o pantalones (palazzo o ejecutivos), blusa y zapatos de tacón medio (tacón fino o amplio) o prominente (stilettos). Para los hombres traje formal con corbata y zapatos de vestir oscuros. En el Dress code casual se permite todo, lo que te pones en tu día a día. Mientras te sientas cómoda o cómodo. No hay normas.

SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA 4SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA

Tengo una cena…

Si es con amigas o parejas, escoge colores que no sean ni muy brillantes, ni desanimados. Tanto si es en una vivienda como si salís fuera acertaréis con pantalón liso y top con lentejuelas, encajes o estampado. Un vestido corto, con un clutch y un zapato bonito también es una aceptable opción. Si la cena es de trabajo, el clásico vestido negro, simple, con un zapato o una bota del mismo color, medias y una chaqueta. Puedes apostar por un brazalete o una gargantilla llamativa. En cuanto a nosotros. Siempre correctos, con una camisa y un pantalón chino, o de pinzas, inclusive un vaquero. Y una americana.

SEGUIR O NO SEGUIR LAS REGLAS DE ETIQUETA PARA VESTIR, HE AHÍ EL DILEMA

Ella tiene una boda

Si es de mañana, la etiqueta recomienda un traje corto o de cóctel. El vestido corto, correcto para la mañana, se considera de “media etiqueta”. Por la rodilla o un poco por arriba, pero jamás mini. Acompáñalo de unos zapatos de media altura o de tacón prominente. Y un bolso a juego. Si es de tarde, jamás un vestido o traje corto. Los zapatos serán altos y de tacón fino, el bolso siempre de mano. Las joyas escasas y de alta calidad. Los peinados más elaborados.

Black tie optional: formal

Es el código de indumentaria favorito de las bodas clásicas. Durante la noche. La clave para distinguir esta etiqueta de las demás es vestir buscando el máximo de belleza del conjunto. Pero nada estrafalario o glamouroso. Pedrería, brillos sutiles y telas con brillo, para ellas. Así como vestidos distinguidos de noche. Los vestidos negros únicamente se sugieren para bodas formales de día si no son largos. Los tacones no tienen que faltar. Nosotros debemos apostar por trajes de dos o tres piezas en colores oscuros con corbata, zapatos formales y pañuelo.

¿Te parece muy cursi todo esto? A mi si, pero que le voy a hacer si hay ocasiones en que te pides que guardes el protocolo, y yo he aprendido a sabérmelo para que nadie crea que si no lo cumplo es por ignorancia. Que uno no es muy listo pero culto, sí, creo…

DECORAR PAREDES OSCURAS Y COCINA

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MINIATURAS091-43BLOGSMe gusta el contraste de las paredes oscuras en la sala de estar y el dormitorio con la cocina brillante y con mucha luz. El ambiente en el área de la cocina es enérgico y fresco, mientras que la sala de estar y el dormitorio tienen un aspecto más relajado. Me gusta la cocina gris combinando con los mangos de oro y el grifo y me encantaría tener este color gris-azul en la pared de mi dormitorio, así.

DECORAR PAREDES OSCURAS Y COCINA

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I like the contrast of the dark walls in the living room and bedroom with the bright and light kitchen. The vibe in the kitchen area is energetic and fresh, while the living room and bedroom look more relaxing. I like the grey kitchen combined with the golden handles and tap and would love to have this grey-blue color on the wall in my bedroom as well.

VISTO EN: Dark walls and a bright kitchen – COCO LAPINE DESIGNCOCO LAPINE DESIGN

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DONDE COMPRAR LAMPARAS ONLINE: lamparayluz.es

donde-comprar-lamparas-online-lamparayluz-es5¿Dónde comprar lamparas online y artículos de iluminación? Sigue leyendo:

DONDE COMPRAR LAMPARAS ONLINE

En lamparayluz.es son especialistas en iluminación y lámparas. Tienen una extensa gama de productos de iluminación para todos los bolsillos. Todo su stock está en su página web. Y si hacemos un pedido superior a ciento cincuenta euros los gastos de envío son gratis. Si lo solicitamos antes de las 20h lo mandan el mismo día desde el almacén y el periodo de entrega es de entre tres-cinco días laborables. Nos dejan devolver los artículos hasta treinta días tras su recepción.

En la web puedes encontrar fácilmente inspiración e ideas para la decoración de tu casa.

DONDE COMPRAR LAMPARAS ONLINE: ¿Qué lámparas buscar?

En su extenso catálogo podemos encontrar apliques, plafones, focos, empotrados, lámparas colgantes, etcétera. De interior y de exterior. De cualquier estilo: moderno, tradicional, vintage, minimalista, industrial y romántico. Y para cualquier uso: oficinas, restaurantes, negocios y hogar.

DONDE COMPRAR LAMPARAS ONLINE: ¿Que necesito en mi hogar?

En un salón grande lo ideal es una lámpara grande. Por ejemplo, una lámpara de mesa que daría un toque tradicional y muy elegante a la sala. O se pueden poner varias lámparas para resaltar unos rincones sobre otros. Si queremos un aspecto vintage, las lámparas de arco son la elección. Con los focos empotrados podemos centrar la luz. Y los focos impermeables son lo mejor para iluminar la ducha o los jardines. En lamparayluz.es hay de todo en iluminación, desde lo más tradicional a lo estilos más moderno.

Marcas de renombre en la industria de la iluminación, como las lámparas de QAZQA, con grandes descuentos. Además tienen un formulario de “Asesoramiento en iluminación” para que nos sea más fácil encontrar la solución para nuestra casa. Te pongo algunos ejemplos de cosas que se pueden encontrar en esta web.

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DISFRAZARSE DE SIRENA ESTA DE MODA

DISFRAZARSE DE SIRENA4En verano se han puesto de moda los mercados medievales. Son festejos en donde se pueden poner en práctica las dotes particulares de cada cual para el disfraz y la decoración. Como en toda fiesta temática, y estas lo son, estas dos cosas, decoración y disfraces, son importantes. En este caso las danzas medievales, los pasacalles, incluso los conciertos de trovadores se unen junto a los disfraces para trasladarnos al Medievo.

DISFRAZARSE DE SIRENA ESTA DE MODA

MINIATURAS087-39BLOGSUno de los mercados medievales que suelo visitar es el de Magacela. Dentro de unos días, a mediados de agosto. Reúne a unas 3000 personas. Para mi disfraz recurro a disfraces mimo, como ya viene siendo habitual.

También está muy de moda adornarse la cabeza con la corona de flores. En los festivales de medio mundo. Muy indicada para esos disfraces de hippie que tanto se llevan en las concentraciones festivaleras de conciertos de cada verano. Pero también, y por que no, en las bodas. Muy típicas en el Festival de Coachella, otro que te recomiendo si aún no lo conoces.

DISFRAZARSE DE SIRENA3DISFRAZARSE DE SIRENA ESTA DE MODA: En los festivales

Y hablando de festivales ¿Acudirías disfrazado/a? ¿Cual sería el look ideal para ir de festival? Ahora también se llevan las coronas de sirena. Hechas con conchas de la playa. Y también con perlas, piedras y demás cosas del fondo del mar. Instagram las está popularizando y algunas famosas se encargan especialmente de ello. Es la nueva tendencia. Y creo que las vende Chelsea Shiels, una florista afincada en Melbourne y que tan solo tiene 27 años. Antes se dedicaba a las coronas de flores.

Se inspiró en Ariel, y no es de extrañar que, a poco que más famosas se empeñen en el look sirena, las tengamos hasta en la sopa. Fueron, creo recordar, las Kardashian quienes popularizaron las coronas de flores. No me hagáis mucho caso. No recuerdo bien. Pero el caso es que todo este look sirena de seguro va a invadir los blogs, los youtubes, las teles, los magazines, y todo lo que podamos ver por nuestras pantallas chicas y grandes. Y después llegará todo a las playas, las discos, los paseos marítimos, las avenidas, la Puerta del Sol de Madrid, las Ramblas de Barcelona…

Modas y más modas. Ellas las lanzan y las demás se lo ponen. Lo que haga falta. Después de que se pudieran de moda las horribles barbas hipster a mi me parece que casi cualquier cosa se puede poner de moda.

¿Otras propuestas? Pues si. Tatuajes capilares, cabellos decorados…

ESTILO INDUSTRIAL: Diseño de oficinas

ESTILO INDUSTRIAL: Diseño de oficinas 13

ESTILO INDUSTRIAL: Diseño de oficinas

COSAS: ESTILO INDUSTRIAL

abril 2016 – Diseño de oficinas al estilo industrial

Modernas, funcionales, grandes ventanales y materiales como la madera, el estilo industrial se impone, también en nuestras oficinas. Su origen es el New York de los cincuenta. Por entonces los artistas de la urbe comenzaron a ocupar factorías y locales abandonados transformándolos en casas-talleres. Así nace el estilo industrial.

ZURIPEDIA – EL GOBERNADOR DE RENEGADIA FELICITA A SUS DISEÑADORES POR EL ESTILO INDUSTRIAL
ESTILO INDUSTRIAL: Diseño de oficinas 14DINIO ROMIESKY, gobernador del planeta RENEGADIA felicitó al personal de la oficina de diseño “Innovador” por su setenta aniversario. 
El gobernador felicitó a los empleados y a los veteranos de la oficina renegadiana de diseño “Innovador”, que han basado un estilo muy innovador en todo el planeta partiendo de la industria armamentística. Este aniversario es un evento esencial para este equipo, y para todo el planeta-estado, pues esta estética, por la que se rige toda la decoración de las zonas industriales del planeta, está siendo muy bien valorada en toda la Galaxia Federal.
Orgullosos de los nombres de los predecesores, entre los que hay una pléyade de señalados académicos renegadienses, diseñadores y también ingenieros altamente calificados. 
Como agregó el líder renegadiense, el personal de la compañía se ha mantenido en la tradición. Sus creadores, sostienen el listón de la calidad y la competitividad de los productos y establecen prometedores enfoques de solución de inconvenientes. 
La oficina de diseño “Innovador” está en el complejo industrial de Hydratak, sede también de la industria de los diseños modernos de misiles.

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Los materiales son la clave para el estilo industrial: metal avejentado, madera decapada, hormigón, cemento… Y se complementan con grandes ventanales y con los elementos estructurales a la vista, por ejemplo las vigas o los ladrillos. ¿Y los muebles? Pues las sillas de metal tapizadas, el toque vintage, las mamparas de cristal. etc.

Los colores neutros son los que le van, como el gris, el blanco, el cobrizo y el negro. Se puede y se debe incluir un pequeño toque de colores vivos. Recomiendo para complementar usar lámparas enormes de metal, las típicas cajas de madera (pintadas o no), los palés y taquillas metálicas, entre otros objetos similares y vintage.

+ EN: La última tendencia en el diseño de oficinas: el estilo industrial

SOBRE LA BIOCHIMENEA ETANOL

SOBRE LA BIOCHIMENEA ETANOL. O chimeneas de bioetanol. Que también son una maravilla para la decoración en salones. SON CHIMENEAS MUY DECORATIVAS Y ORIGINALES

Más eficaces y ecológicas que las chimeneas eléctricas decorativas o de leña. Las hay de mesa, de pared y también para ubicar en el suelo. En cristal y acero inoxidable. En contraste con las chimeneas de hierro fundido aguantan más el calor sin oxidarse. Son chimeneas originales que se están poniendo muy de moda por muchas razones, pero fundamentalmente porque son, con diferencia, las que más decoran, las más modernas.

Consumo de las chimeneas de bioetanol

Estará relacionado con el volumen de la estancia y la temperatura deseada. Para calentar la estancia partiendo de una temperatura baja, deberemos usar el quemador a su máxima capacidad con un consumo de 0,35 a 0,40 litros de bioetanol.

SOBRE LA BIOCHIMENEA ETANOL

Precioso el modelo KEOPS

Tiene forma de pirámide hueca. De color negro. Emite un nivel de calor duradero que provoca que toda la estancia sea muy acogedora. Las chimeneas de bioetanol se encienden de manera simple y empiezan a calentar de manera instantánea. La sensación de calor comienza nada más encenderla. Además del salón, cada vez más personas apuestan por colocarlas también en habitaciones, áreas de trabajo y también en exteriores.

El Modelo KALSIK en negro recuerda a un moderno cubo. Y podemos ver cómo arden las llamas desde cualquier lugar de la habitación.  Y el Modelo FOX tiene un aspecto de vasija muy creativa, circular. En el centro se origina la llama y la base es de un color negro que nos encanta. Así como también el MODELO ALLEGRO, de forma difícil de definir. Tiene forma de “S” pronunciada e inclinada y puede pasar por un mueble.

SOBRE LA BIOCHIMENEA ETANOL

SIMPLICIDAD

La simplicidad con la que tienen la capacidad de funcionar hace de las chimeneas de bioetanol especiales. Sobre todo, si no tenemos ganas de tener cerca un montón de utensilios como cepillos, palas, troncos, pastillas de prender y todas esas cosas. Se trata de chimeneas completamente funcionales, con potencias superiores a los 2kw. Tanto la chimenea eléctrica decorativa como las de bioetanol tienen puntos en común. En ninguna puede salir un tronco en llamas rodando. No hay que almacenar madera o troncos sucios. No generan ningún tipo de residuo ni gases perjudiciales. Pero incluso así hay entre ambas diferencias sustanciales. Las chimeneas eléctricas decorativas son falsas y las de bioetanol son completamente funcionales. El bioetanol es bastante más ecológico. Son lo mejor para exterior porque una chimenea eléctrica no está permitida según el RITE en España, y una chimenea de gas queda muy limitada por tener que llevar una bombona de gas dentro.

Los salones con chimeneas de bioetanol son bastante más atractivos que los hogares con falsas chimeneas. Y para un negocio de hostelería o de algún otro tipo en la vía pública, los quemadores de bioetanol son la opción que nos permite cortar costos sin dejar de prestar a los usuarios una fuente de calor. Las opciones sin muchas y, para todas las estancias en que haya que situar una fuente de calor. Un calor de calidad, limpio y sin ningún tipo de emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

El eco brillante del acero en el retail

El eco brillante del acero en el retail

Cuando el diseño industrial se convierte en lenguaje emocional

Es febrero de 2025 en Berlín, Mumbai, Miami y Chicago, y el acero inoxidable está tomando las riendas del diseño de interiores en las tiendas más influyentes del planeta. Lo que alguna vez fue símbolo de fábricas y cocinas impersonales ahora se convierte en protagonista de un escenario completamente distinto: el de la moda, el lujo y la experiencia sensorial. El acero inoxidable ya no es frío ni distante; es el espejo de un futuro donde el metal se vuelve cálido, casi humano.

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Origen: Eight retail stores that make a statement with metal

Por dentro de las tiendas de acero inoxidable

Lo que la estética metálica revela del futuro del retail

Hace tiempo, el metal solo significaba resistencia, estructuras firmes y un aire hospitalario que poco tenía de poético. Sin embargo, en 2025 ocurre algo inesperado: el acero inoxidable pasa de ser un material funcional a un símbolo narrativo. Sus acabados ya no se limitan al clásico brillo quirúrgico. Se pulen, se colorean, se graban, se esmerilan, y cada variante abre una puerta hacia un lenguaje visual distinto. Lo curioso es que, en esta transformación, las tiendas se convierten en cápsulas de tiempo donde conviven lo retro-industrial con lo futurista, lo minimalista con lo exuberante.

Y no hablamos de un capricho pasajero. El retail, ese laboratorio donde se prueban todas las modas antes de que lleguen al salón de nuestras casas, ha adoptado el acero como nuevo ADN estético. Entrar a estas tiendas no es solo comprar; es ser testigo de cómo el pasado de las fábricas se mezcla con un futuro casi cibernético.


Avgvst Berlín: joyas servidas en bandeja industrial

En el barrio de Mitte, Harry Nuriev y Crosby Studios deciden darle la vuelta a la lógica del lujo. Avgvst, la joyería que parece más una cocina fantasma, mezcla oro y diamantes con electrodomésticos de acero reciclado. El resultado es un espacio que juega con la ironía: comprar un anillo sobre una mesa que recuerda a un camping improvisado.

El lujo ya no vive en la alfombra roja, sino en la contradicción”, me digo mientras observo las persianas de oficina convertidas en revestimiento de pared. El lugar es un laboratorio donde lo industrial abraza lo delicado y lo efímero se hace eterno. En este choque de universos, la joya brilla más, porque su escenario es todo menos convencional.


Nezo Mumbai: cuando el cromo se vuelve líquido

En Mumbai, Sanjay Puri Architects diseña un showroom que parece salido de un sueño futurista. El acero cromado se deforma como lava congelada, y cada superficie refleja tanto a los clientes como a sus aspiraciones. Los estantes no son simples soportes: parecen estar derritiéndose.

La tienda no vende solo ropa; vende un estado mental. El lema “Wear Your Power” cobra cuerpo en cada destello metálico. Y aunque suena a eslogan publicitario, aquí funciona porque el lugar es audaz, excesivo, casi teatral. El acero se convierte en un espejo de la ambición india contemporánea, una generación que no teme mirar al futuro sin soltar sus raíces.


Bigface Miami: café servido en nave espacial

En Miami, Jimmy Butler, estrella de la NBA, decide que su café no debía parecer café. Con la ayuda de DE-YAN, convierte Bigface en un homenaje a 2001: A Space Odyssey. Paredes de acero cepillado, mostradores con forma de cápsula, iluminación de ciencia ficción. Uno entra por un espresso y termina sintiéndose tripulante de una nave rumbo a Saturno.

El detalle irónico: mientras todo parece futurista, lo que más atrae es lo básico, el café. La bebida funciona como un ancla, un recordatorio de que incluso en los ambientes más tecnológicos seguimos buscando lo simple. El futuro, al final, también necesita cafeína.


SVRN Chicago: el acero como meditación oriental

En Chicago, el estudio coreano WGNB lleva la estética metálica hacia un terreno inesperado: el de la contemplación. SVRN, la tienda de 390 metros cuadrados, es sobria, monocromática, casi silenciosa. El acero cepillado cubre paredes y techos, mientras un banco curvo replica el círculo del techo.

Aquí no hay excesos ni teatralidad. Cada pieza metálica se convierte en un mantra que recuerda que el lujo no necesita gritar. WGNB propone algo radical en su sencillez: el metal puede ser suave, íntimo, casi espiritual.


“El acero inoxidable es la poesía fría de nuestra época”


El metal como narrador silencioso

Lo fascinante de este fenómeno es que el acero inoxidable no se limita a ser un material resistente y duradero. Se convierte en un narrador silencioso que transmite valores sin hablar: sofisticación, modernidad, permanencia. Y lo hace en un momento en el que los consumidores buscan experiencias, no solo productos.

En 2025 y con proyección a 2026, los muebles de acero inoxidable —sobre todo en el sector retail— se consolidan como la opción preferida. No se trata solo de estética: soportan el desgaste diario sin perder elegancia. El acero, pulido y brillante, se convierte en aliado tanto de los arquitectos como de los comerciantes.


“El futuro no es cálido ni frío: es metálico”


Lo que las tiendas del futuro nos susurran

Caminar por estas tiendas es como atravesar un espejo. El acero refleja no solo el rostro del cliente, sino también sus anhelos de modernidad. El metal líquido del retail contemporáneo nos recuerda que lo industrial no tiene por qué ser distante, que lo calculado puede ser emocional y que lo duro puede volverse cercano.

Johnny Zuri diría aquí:

El acero inoxidable es el único material que logra unir la brutalidad de la fábrica con la intimidad de un anillo en el dedo.


¿Frialdad o calidez?

El debate queda abierto: ¿es el acero un material frío que se disfraza de cálido o, al contrario, la calidez de nuestra mirada lo que transforma el acero en emoción? Lo cierto es que las tiendas de Berlín, Mumbai, Miami y Chicago ya nos muestran la respuesta más incómoda: no hay que elegir.

En este universo metálico, cada mostrador, cada pared, cada reflejo cuenta una historia que mezcla industria y poesía. Y, lo más provocador de todo, estas tiendas parecen decirnos que el futuro ya no será de madera ni de mármol. El futuro será de acero inoxidable, brillante y eterno.


“Todo parece bien en la superficie cuando por debajo está podrido”, decía un viejo refrán. Pero aquí ocurre lo contrario: lo que parece frío en la superficie es, en realidad, lo más humano que hemos visto en años.

El legado secreto del bathroom design retro

El legado secreto del bathroom design retro

Cómo el baño de 1979 marcó estilo y libertad en casa

Estamos en septiembre de 1979, en cualquier ciudad de Estados Unidos, y alguien abre la puerta de un baño que hoy nos parecería un museo de lo cotidiano. Azulejos en tonos marrones y naranjas, espejos con marcos imposibles, grifos dorados que reflejan la luz como si fueran joyas. El bathroom design and decor de 1979 no era un simple asunto de higiene: era un escenario teatral, una extensión del carácter, un lugar donde la estética se confundía con la rutina diaria. Y hoy, al mirar atrás, me sorprende cómo un lavabo o una bañera podían contar más de una persona que su propia sala de estar.

La palabra clave está ahí, bathroom design and decor, flotando como un perfume que aún no se ha evaporado. Porque los baños de esa época no eran discretos ni neutros: eran atrevidos, cargados de personalidad, casi un retrato psicológico de quienes los habitaban. ¿Quién se imaginaba que una cortina de ducha estampada podía ser tan reveladora?

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Cuando el baño era un laboratorio de estilo

Lo fascinante de 1979 es que el baño dejó de ser un espacio funcional y comenzó a convertirse en un laboratorio de diseño. El espejo ya no servía solo para afeitarse o peinarse; era una pieza decorativa, muchas veces rodeada de luces que evocaban los camerinos de Hollywood. La bañera ganaba protagonismo, rodeada de baldosas geométricas que parecían sacadas de una serie de ciencia ficción.

La decoración de baños de 1979 se abrazaba a la madera oscura, los tonos cálidos y los accesorios metálicos. El contraste era brutal: alfombras mullidas junto a azulejos fríos, plantas colgantes sobre sanitarios brillantes, y ese omnipresente olor a ambientador en spray que prometía bosques que jamás existieron.

“El baño ya no era un escondite, era un escenario”.


El espejo retro de nuestras obsesiones

Hace tiempo escuché a un arquitecto decir que los baños de finales de los setenta eran “la confesión doméstica de una sociedad que empezaba a creerse moderna”. Y quizá tenga razón. Era la época del consumo acelerado, del catálogo como biblia decorativa y de la obsesión por tener algo “nuevo”.

Los muebles de baño empezaban a incorporar superficies brillantes, casi plásticas, que recordaban más a un coche deportivo que a una pieza de la casa. Y sin embargo, allí estaban, soportando cepillos de dientes y secadores de pelo que se enchufaban sin miedo a las descargas eléctricas.

El bathroom design and decor, 1979, no solo mostraba estética, mostraba aspiraciones. Uno se miraba al espejo y no veía solo su reflejo: veía el estilo que había elegido para sí mismo.


“Más horas que un autónomo” en el baño

Lo que más me divierte de recordar este periodo es cómo la gente pasaba tanto tiempo en el baño. No solo era lavarse los dientes; era fumar un cigarro en la bañera, leer una revista apoyada en un taburete de mimbre, incluso charlar por teléfono mientras se pintaban las uñas. El baño se convirtió en refugio y confesionario.

Las lámparas de techo, con formas extrañas, lanzaban sombras que convertían el lugar en un escenario casi teatral. Los más excéntricos colocaban radios, y algunos atrevidos incluso televisores portátiles. Hoy nos parece normal llevar el móvil al baño, pero en 1979 esa era la semilla de la costumbre.


Lo que un baño retro revela de la cultura

El baño de 1979 no era solo un espacio doméstico: era un espejo cultural. Nos hablaba de la obsesión por la modernidad, del miedo a quedarse atrás, de la mezcla entre lo íntimo y lo público. Porque invitar a alguien a casa significaba, inevitablemente, que esa persona acabaría entrando en tu baño. Y ahí estaba, la radiografía más honesta de la vivienda.

Colores terrosos, patrones geométricos, luces intensas… Todo indicaba una búsqueda de identidad. No era casualidad que ese diseño coincidiera con una época en la que la gente empezaba a cuestionarse las tradiciones, pero aún quería mantener cierta sensación de elegancia.

“Un baño podía ser más confesional que un diario”.


Johnny Zuri:

“El baño retro de 1979 era el lugar donde se ensayaba la libertad. Y a veces, donde se perdía el buen gusto.”


El precio del exceso y el encanto de lo retro

Al mirar hoy aquellas imágenes, uno se pregunta: ¿eran bellos o simplemente extravagantes? Tal vez ambas cosas. El baño retro de 1979 tiene algo de caricatura y algo de nostalgia. Sí, había combinaciones imposibles de colores que harían temblar a un diseñador contemporáneo, pero también una valentía que hoy echamos de menos.

No se trataba de agradar a todos, sino de mostrar carácter. Esa libertad en la decoración acabó convirtiéndose en una huella generacional. Cuando alguien se topa con fotos de un baño de 1979, no piensa solo en cerámicas y grifos: piensa en la época, en la música sonando de fondo, en la mezcla de inocencia y ambición que caracterizaba a esos años.


“Cada baldosa retro guarda más historias que un salón entero.”


¿Futuro o nostalgia disfrazada?

Hoy, muchos estudios de interiorismo rescatan el bathroom design and decor de 1979 como inspiración. Llaman a eso “retro chic” o “vintage revival”, pero en el fondo no deja de ser una vuelta a lo que ya estaba inventado. La moda es un carrusel, y lo que en su día parecía exagerado, ahora se celebra como audaz.

Lo que me pregunto es si realmente queremos volver a esos baños recargados, con alfombras que absorbían de todo menos estilo, o si lo que buscamos es la sensación de libertad que representaban. Porque, seamos claros, nadie echa de menos limpiar una bañera rodeada de azulejos marrón oscuro. Lo que se echa de menos es la valentía de colocarla ahí sin pedir disculpas.


Johnny Zuri:

“El baño de 1979 era un grito disfrazado de lavabo. Hoy solo pedimos que no se nos caiga el WiFi.”


En definitiva, el bathroom design and decor de 1979 es más que una estética: es un símbolo de época. Una cápsula del tiempo que revela cómo entendíamos la intimidad, la modernidad y el deseo de destacar incluso en el rincón más privado de la casa. Y la pregunta queda flotando en el aire: ¿volveremos alguna vez a tener la osadía de decorar un baño como si fuese el escenario principal de nuestra vida, o nos conformaremos con espejos minimalistas que no cuentan nada de nosotros?

https://www.tumblr.com/retropopcult/793725710091141120/bathroom-design-and-decor-1979

El retrofuturismo conquista nuestros hogares modernos

El retrofuturismo conquista nuestros hogares modernos. Cuando el diseño doméstico se convierte en filosofía cotidiana

Estamos en septiembre de 2025, en un salón cualquiera que podría ser el tuyo o el mío, iluminado no por lámparas de Ikea sino por plantas luminosas que parecen sacadas de una novela de ciencia ficción. El aire circula gracias a un ventilador inteligente que recuerda al de la abuela, con hélices de metal y diseño industrial, pero que responde a órdenes de voz con una obediencia propia de un mayordomo digital. Y en la cocina, la indiscutible estrella: una freidora de aire que ha pasado de ser un aparato de cocina anodino a convertirse en icono cultural, objeto de conversación y pieza central de esta extraña mezcla entre nostalgia y futuro que llamamos retrofuturismo.

La magia de lo cotidiano elevado a arte

Hace tiempo que los electrodomésticos dejaron de ser simples herramientas. Hoy, el diseño moderno vive de mirar atrás y rescatar la estética vintage para vestir de futuro lo que antes era pura rutina. La freidora de aire, por ejemplo, que nació de una tecnología militar aplicada a la cocina, ya no es solo un cilindro que fríe sin aceite. Ahora brilla en tonos pastel, luce curvas que recuerdan a la era espacial de los años 50 y te habla desde su app mientras prepara unas patatas con la misma solemnidad con que un jukebox sonaba en un diner de carretera.

“La cocina se convierte en un escenario retrofuturista donde lo funcional se vuelve emocional.”

Y no exagero: marcas como Smeg o Ariete han convertido sus aparatos en auténticas piezas de colección. Un microondas que parece sacado de 1962, pero que se controla por voz y grill incluido; una cafetera que podría haber estado en la barra de un dinner de Arizona, pero que muele café con precisión digital; un frigorífico color menta que guarda tus verduras y tu playlist de Spotify. Todo esto es retrofuturismo llevado a la cocina, y lo curioso es que no buscamos solo eficiencia: buscamos identidad.

Cuando el aire se vuelve inteligente y retro

El ventilador inteligente es otra prueba de esta alquimia estética. No estamos hablando de ese ventilador de plástico barato que sobrevive en los trasteros de media España. El de 2025 tiene motores que reducen consumo eléctrico, sensores de temperatura, compatibilidad con Alexa y Google Home… y, sin embargo, se viste como si hubiera salido del catálogo de 1957. Metal cromado, pedestal robusto, hélices visibles. Tecnología futurista con piel de vintage.

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Los datos lo confirman: el mercado global de estos dispositivos alcanzará los 550 millones de dólares en 2025. Y no es solo por frescura. Es porque encarnan algo mucho más profundo: la idea de que el futuro no tiene por qué ser frío, sino que puede soplar con estilo.

Cyberdecks: cuando el ordenador se convierte en culto

Hay algo casi poético en los cyberdecks retrofuturistas. Son máquinas que rescatan la estética hacker de los años 80 y la convierten en objetos funcionales y filosóficos. Un teclado mecánico de clics sonoros, pantallas duales con estética CRT, carcasas impresas en 3D, y en su corazón un Raspberry Pi. No son laptops comunes, son laboratorios portátiles, símbolos de libertad creativa en un mundo cada vez más uniforme.

El proyecto RPI DEV de SECTOR 07 es un ejemplo perfecto: un artilugio que parece sacado de Blade Runner y que, sin embargo, funciona como cualquier estación de desarrollo moderna. Pero más allá de lo técnico, estos dispositivos representan otra cosa: una resistencia silenciosa contra la homogeneización tecnológica.

Johnny Zuri:

“Un cyberdeck retrofuturista no es un ordenador. Es un manifiesto con pantalla.”

Plantas luminosas: la naturaleza se ilumina en casa

El detalle más hipnótico del retrofuturismo actual quizá esté en algo tan simple como una maceta. Las plantas bioluminiscentes son ya una realidad comercial: las Firefly Petunia de Light Bio, a 53 dólares, brillan suavemente gracias a genes de hongos integrados en su ADN. El MIT incluso ha desarrollado plantas que se cargan con luz LED y resplandecen durante minutos.

No son solo decorativas. Su luz verde y tenue convierte un salón en un escenario onírico, donde la naturaleza y la tecnología no se enfrentan, sino que conviven. Y en ciudades como París o Tokio ya se están probando proyectos de bioluminiscencia urbana: farolas sustituidas por árboles brillantes, fachadas que respiran luz natural. Lo que hace poco era ciencia ficción hoy adorna mesas de comedor.

“Cuando la planta se convierte en lámpara, el futuro florece en la sala de estar.”

La cocina y el salón como templos culturales

Volvemos a la cocina porque ahí se está librando una batalla cultural silenciosa. La freidora de aire ya no es solo un electrodoméstico. Es símbolo de una generación que quiere comer rápido, sano y con estilo, pero también quiere contar una historia en Instagram. Al igual que las cafeteras vintage con Wi-Fi, estas máquinas no solo alimentan: construyen identidad cultural.

En este sentido, el retrofuturismo es profundamente emocional. La estética vintage nos da seguridad; la tecnología doméstica futurista nos da eficiencia. Cuando ambos se encuentran, lo cotidiano se eleva a arte.

Pensamiento crítico en tiempos digitales

El retrofuturismo no se queda en lo visual. Es también un ejercicio de pensamiento crítico. Lo que algunos filósofos llaman microfilosofía ayuda a leer estos objetos como metáforas. Una cafetera con Wi-Fi no es solo un invento curioso: es el reflejo de cómo la cultura digital ha colonizado hasta los rincones más íntimos de la casa. Un cyberdeck no es solo un ordenador raro: es una pregunta lanzada al aire sobre quién controla la tecnología.

Aquí lo vintage funciona como recordatorio: lo humano primero, lo técnico después. Y esa mirada crítica es lo que convierte al retrofuturismo en algo más que un estilo decorativo.

Johnny Zuri:

“El retrofuturismo no vende aparatos, vende preguntas incómodas.”

Espacios donde el futuro habita el pasado

El diseño de interiores retrofuturista de 2025 mezcla lo natural y lo tecnológico en un equilibrio sorprendente. Suelos geométricos inspirados en los 70, azulejos psicodélicos, muebles de madera oscura y, entre ellos, pantallas OLED camufladas como televisores de tubo. El cobre y el bronce se alternan con cristal templado, y los sistemas de iluminación LED recrean las atmósferas de películas clásicas de ciencia ficción.

En los hogares inteligentes, los electrodomésticos inteligentes dialogan entre sí gracias a protocolos como Matter. Una freidora retro de Ariete puede sincronizarse con un ventilador vintage de Smeg y con un set de plantas bioluminiscentes del MIT. El resultado es un ecosistema doméstico que no solo funciona: emociona.

¿Qué futuro queremos habitar?

El retrofuturismo no es moda, es filosofía aplicada al hogar. Nos recuerda que el futuro no tiene que ser aséptico ni minimalista hasta la deshumanización. Puede ser cálido, nostálgico y, al mismo tiempo, futurista. Puede ofrecernos electrodomésticos inteligentes que cocinan y decoran, plantas que iluminan y emocionan, ventiladores que soplan memoria y frescura a la vez.

Y aquí surge la pregunta incómoda: ¿queremos que la tecnología se vuelva invisible o preferimos que respire estética, memoria y humanidad? El futuro no está escrito en los algoritmos; está escrito en nuestras cocinas, en nuestros salones, en esas pequeñas decisiones que convierten una freidora en un tótem cultural o una planta en lámpara poética.

Quizá el futuro más radical no sea el que prescinde del pasado, sino el que lo honra con inteligencia. ¿Estamos preparados para vivir en un mundo donde los objetos cotidianos nos recuerden quiénes somos y quiénes fuimos al mismo tiempo?

El futuro del interiorismo moderno en cada detalle

El futuro del interiorismo moderno en cada detalle. Cómo el diseño geométrico y la madera natural están redefiniendo los restaurantes vanguardistas

Estamos en septiembre de 2025, en una ciudad que podría ser cualquier gran capital del mundo, porque lo que voy a contar se repite en Tokio, en Madrid o en Ciudad de México: el interiorismo moderno se ha convertido en el nuevo lenguaje universal de los espacios que importan. Entro en un restaurante que podría confundirse con una galería de arte y lo primero que noto no es la carta ni el olor a cocina, sino la manera en la que los materiales hablan entre sí. Hay madera natural, geometrías tridimensionales en las paredes, luces doradas suspendidas en el aire y un silencio que suena a diseño pensado al milímetro.

Lo fascinante de este tipo de propuestas es que no buscan solo impactar a la vista. El objetivo es mucho más ambicioso: crear un ambiente minimalista que logre ser también emocional, que se pegue a la piel y quede en la memoria del visitante como si hubiera vivido una escena de cine.

La geometría como lenguaje secreto de los sentidos

El diseño geométrico no es una ocurrencia estética; es casi una manipulación consciente de la percepción. Paredes cubiertas de rombos turquesa en relieve, por ejemplo, consiguen lo que pocas pinturas logran: un diálogo constante entre sombra, textura y reflejo. Se convierten en espejos emocionales que varían a cada paso.

Hace tiempo leí un estudio de neuroarquitectura que explicaba cómo los patrones geométricos activan zonas del cerebro relacionadas con la curiosidad. Y aquí lo compruebo en primera persona: los ojos buscan constantemente nuevos ángulos, nuevas perspectivas. “La geometría es el único lenguaje que emociona sin palabras”, pienso mientras recorro con la mirada esos azulejos artísticos que parecen flotar.

Estos muros no son pasivos, son obras dinámicas que se transforman según la luz del día. En un restaurante vanguardista, esa pared es más importante que cualquier plato: es lo que convierte la estancia en experiencia.


La madera natural que ya no es rústica

Olvidemos la imagen de la madera como material rural o de cabaña alpina. En el interiorismo moderno actual, la madera se presenta pulida, escultórica, casi tecnológica. La mesa sobre la que apoyo mis manos no tiene imperfecciones: es una superficie lisa que respira calidez, pero no la de la chimenea, sino la del diseño controlado.

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El maridaje con la luz dorada es lo que crea la magia. Una lámpara cilíndrica de acabado metálico, suspendida sobre el comedor, proyecta una luz que resalta las vetas y genera una atmósfera envolvente. No es casualidad: la iluminación está calculada para favorecer la serotonina y prolongar la estancia de los comensales.

Johnny Zuri diría algo así:

“El futuro de la madera no está en el bosque, sino en cómo la hacemos brillar en los interiores.”

Retrofuturismo: nostalgia en clave de ciencia ficción

Lo curioso es cómo algunos restaurantes apuestan por un diseño retrofuturista. Paredes curvas que parecen cápsulas espaciales de los años 70, sofás redondeados en naranja brillante, acabados metálicos que recuerdan a una película de Kubrick. Pero aquí no hay cartón-piedra: son materiales inteligentes que responden al tacto y regulan la temperatura.

El cobre y el bronce se convierten en aliados inesperados. Funcionan como puentes emocionales entre lo frío y lo cálido. Lo retro y lo futurista conviven en un mismo salón, y el resultado no es un pastiche, sino una estética que conecta directamente con nuestro imaginario colectivo: la idea de futuro que soñaban nuestros abuelos, actualizada con tecnología real.

“El futuro necesita la nostalgia para ser creíble”, me repito mientras recorro un espacio que parece sacado de una postal de otro tiempo y otro planeta.


Neurodiseño: cuando la arquitectura decide por ti

Aquí está lo más provocador de todo: los espacios diseñados con neuroarquitectura ya no se limitan a gustarte o no, directamente influyen en cómo te comportas. Hay restaurantes que utilizan iluminación adaptable, aromas específicos y un control acústico que cambia según la hora. El resultado: un cliente que entra nervioso y termina relajado, uno que venía a comer rápido y se queda a cenar.

El interiorismo moderno no solo embellece, manipula emociones. Y aunque la palabra “manipular” suene peligrosa, lo cierto es que el comensal sale encantado. Aquí, el truco funciona porque el objetivo no es vender más copas de vino, sino construir recuerdos.

“Los lugares que recuerdas no son los más bonitos, sino los que te hicieron sentir diferente.”

Materiales inteligentes: superficies que respiran

Uno de los secretos mejor guardados de este nuevo diseño es la llegada de materiales que parecen salidos de un laboratorio espacial. Vidrios que generan electricidad al dejar pasar la luz, paredes que regulan su propia temperatura, suelos que liberan calor cuando el ambiente lo pide. Todo ello sin que el visitante lo perciba de manera consciente.

La clave está en que estos materiales no buscan llamar la atención, sino volverse invisibles. Funcionan como un sistema nervioso del edificio. En un restaurante futurista, cada pared o mesa puede estar colaborando con la climatización sin que nadie se dé cuenta. Eso sí que es sofisticación.


La luz dorada como arquitecta de emociones

La iluminación merece un capítulo aparte. No estamos hablando de lámparas bonitas, sino de verdaderas máquinas emocionales. Una lámpara cilíndrica puede variar su temperatura de color según el estado de ánimo de la sala. Algunos restaurantes ya utilizan sensores biométricos para ajustar la intensidad lumínica en tiempo real. ¿El objetivo? Que los clientes perciban el sabor de los alimentos de forma más intensa.

Los diseñadores saben que la luz afecta directamente al apetito, al tiempo que pasamos sentados y hasta a la memoria gustativa. De ahí que los espacios se iluminen casi como si fueran escenarios teatrales, pero con un toque íntimo, invisible, emocional.


El interiorismo moderno como ciencia del bienestar

Lo que antes era solo estética ahora es ciencia aplicada. El interiorismo moderno ya no se mide por la foto de Instagram, sino por la capacidad de un espacio de mejorar la experiencia vital de quien lo habita. Y esto es lo que lo convierte en algo tan poderoso: cada material, cada curva, cada azulejo está pensado para producir una reacción concreta en el cuerpo y en la mente.

Quizá el gran reto sea este: ¿hasta dónde vamos a permitir que los espacios decidan por nosotros? ¿Dónde está la frontera entre el diseño que mejora la vida y el diseño que nos condiciona como ratones de laboratorio?


“El interiorismo moderno no se mira: se vive, se respira y se padece, como el amor o la soledad.” — Johnny Zuri

Lo que veo en septiembre de 2025 no es una promesa futurista: ya está pasando. Restaurantes que aprenden de nuestros gustos, materiales que se adaptan a nuestro estado de ánimo, geometrías que activan el cerebro como una droga visual.

La pregunta que me ronda mientras salgo de este lugar es inevitable: ¿qué pasará cuando todos los espacios —desde un bar de barrio hasta nuestra propia casa— funcionen como organismos vivos que saben lo que queremos antes de que lo digamos?

¿Será libertad o será control? ¿Será lujo o será necesidad? Lo cierto es que el interiorismo moderno ya no tiene marcha atrás, y lo que viene promete cambiar no solo cómo comemos o trabajamos, sino cómo sentimos cada rincón que habitamos.

AMANO RESTAURANT parece un espejismo retrofuturista

¿Por qué el AMANO RESTAURANT parece un espejismo retrofuturista? El AMANO RESTAURANT mezcla pasado y futuro sin pedir permiso

Estamos en el verano de 2025 en Caldwell, Idaho. El sol del desierto calienta los adoquines de una ciudad que aún huele a frontera y a historia, mientras un edificio que alguna vez fue banco hoy se disfraza de cantina futurista. El AMANO RESTAURANT no parece un restaurante, parece un sueño. Pero no uno cualquiera: un sueño retrofuturista, como salido de la mente de un arquitecto mexicano en los años 60 que leyó demasiada ciencia ficción y se atrevió a creer en otra estética del porvenir. 🌵

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Origen: AMANO RESTAURANT Parece Salido De Un Sueño Retrofuturista – VINO Y BODEGAS

¿Puede un lugar invocar el pasado y el futuro en un solo bocado? En este rincón improbable de Idaho, la respuesta es un rotundo sí.

Cuando entras, el tiempo se despista

Nada más abrir la puerta del AMANO, uno ya no sabe en qué época está. El aire huele a barbacoa ancestral, sí, pero las luces parecen salidas de una película de ciencia ficción hecha en los años 70 con presupuesto japonés. El espacio es una contradicción deliciosa: cantina vintage con tecnología encubierta, arquitectura brutalista que acaricia con maderas cálidas, y una estética que no encaja en ninguna tendencia actual, pero las contiene todas como si fueran ingredientes de una receta secreta.

«Aquí, el pasado no es nostalgia: es materia prima para el futuro.»

Uno de los secretos está en no disimular lo viejo. Todo lo contrario. En el AMANO, lo antiguo se exhibe como tatuajes en la piel de un cuerpo nuevo. Muros de ladrillo originales, vigas de madera que han visto pasar décadas, espacios que no fueron borrados sino reimaginados. Porque el alma del lugar no se actualiza, se despierta.

Y en ese despertar, el estudio Cushing Terrell demuestra que la arquitectura no se trata de reconstruir el pasado, ni de imponer el presente, sino de permitir un encuentro entre ambos. Lo llaman “arquitectura adaptativa”, pero yo prefiero decir que es arquitectura con oído: escucha lo que el edificio quiere contar y lo deja hablar.

Donde antes hubo cajas fuertes, ahora hay sabor

Antes de ser restaurante, el edificio era un banco. De los de verdad. Con bóvedas y todo. ¿Qué hicieron con eso? Lo obvio para ellos, lo impensable para la mayoría: lo conservaron. Pero no con vitrinas ni placas conmemorativas. Transformaron las antiguas oficinas en comedores privados, el lavamanos remite al terrazo de la abuela, y lo que no se pudo rescatar fue sustituido con respeto, no con nostalgia. Así, lo que hoy vemos no es una réplica ni una restauración: es una reencarnación.

«Preservar no es congelar. Es permitir que el alma vieja baile con ritmos nuevos.»

Y ese ritmo se nota en cada rincón. No hay nada cursi ni pretencioso. Es un lugar honesto. El comal convive con la barra de diseño, los pits de barbacoa tradicionales respiran el mismo aire que las curvas suaves de los interiores contemporáneos. Y nada se ve fuera de lugar. Porque todo obedece a una misma idea: la cocina y el espacio cuentan la misma historia, en el mismo idioma.

El barro, la madera y el metal también cuentan cuentos

Hay materiales que se sienten como piel. Que no se miran, se tocan. En el AMANO, el barro cocido, la madera reciclada y el metal forjado a mano no están colocados para decorar ni para aparentar. Están ahí como testigos. Como narradores de un relato que empieza mucho antes de que alguien decidiera abrir un restaurante.

Los suelos crujen como caminos de pueblo. Las mesas tienen astillas, huellas, pequeñas marcas que no se pulieron porque cuentan algo. Y el metal, lejos de ser industrial, tiene alma de herrero. Este sitio no solo se ve: se siente con el cuerpo entero.

Por eso no sorprende que en la sala de degustación de mezcal todo parezca una escena salida de un cómic de Moebius mezclado con “El Topo”. Hay luz baja, geometrías imposibles, ecos suaves. Es como si el México rural de mediados del siglo XX hubiera sido secuestrado por el futuro… y se dejara querer.

El diseño también sabe cocinar

Una de las cosas más bellas del AMANO es que su coherencia estética no se queda en el mobiliario. Lo que se come también encaja. Aquí, la arquitectura no intenta robar protagonismo al plato, sino elevarlo. Hay un comal al aire libre, como los de antes, y pits donde la barbacoa se cuece sin prisa. Y sí, también hay una barra curva y elegante digna de un bar de Tokio. Pero todo tiene sentido.

No hay contradicción entre lo ancestral y lo moderno, porque no hay impostura. La cocina no se disfraza de tradicional: lo es. Pero lo es de una manera vibrante, sofisticada, sin clichés. En palabras de quienes lo han contado con detalle en vinoybodegas.net, el lugar “convierte la historia en una experiencia sensorial inolvidable”. No se me ocurre forma más precisa de decirlo.

Lo retro vuelve, pero no como moda

Y entonces llegamos a la pregunta incómoda: ¿por qué Caldwell, Idaho? ¿Por qué no una ciudad más “cosmopolita”? Precisamente por eso. Porque hay belleza en lo inesperado. El AMANO florece en tierra olvidada, no porque sea un experimento de hipsters desubicados, sino porque entiende el valor de lo local, de lo que no ha sido manoseado por las grandes marcas.

En las zonas rurales y las ciudades pequeñas está ocurriendo algo. Una especie de renacimiento de lo retro, pero sin camisas hawaianas ni filtros sepia. Lo retro aquí es resistencia. Es una forma de decir: “no todo lo viejo debe tirarse”. Hay edificios que solo necesitan una idea buena y un poco de amor para volver a la vida.

«El verdadero lujo no es lo nuevo. Es lo que tiene historia y sigue en pie.»

Y sí, eso atrae turismo. Genera empleo. Da identidad. Pero sobre todo, crea comunidad. Porque un lugar como el AMANO no puede funcionar si no es abrazado por la gente que vive cerca. Y ellos lo entienden: no están vendiendo un decorado, están contando su historia con una receta en la mano y una copa de mezcal en la otra.


“Un comal puede ser más futurista que una pantalla táctil si sabes escucharlo”

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)


¿Y si el futuro fuera restaurar lo que ya tenemos?

No exagero si digo que el AMANO me cambió la forma de ver los restaurantes. Ya no los pienso como locales para comer. Los veo como escenarios. Como obras completas. Y si ese es el camino, entonces este restaurante es un guion perfecto: empieza con ladrillos viejos, sigue con maderas cálidas y termina con un sorbo de mezcal que parece encender las luces de una nave espacial.

Así es como la arquitectura puede bailar con el diseño y la cocina, sin que ninguno se robe el show. No hace falta destruir para innovar. Hace falta saber leer. Escuchar lo que un edificio antiguo tiene que decir y darle herramientas nuevas para volver a hablar.

Proyectos como el AMANO ya empiezan a asomar por todo el continente. En lugares donde antes había olvido, ahora hay esperanza. Y en vez de levantar más torres de cristal, se están abriendo puertas a lo sensorial, lo íntimo, lo arraigado.

¿Será que lo verdaderamente moderno no es lo nuevo, sino lo que se atreve a rescatar?
¿Cuántos edificios dormidos esperan que alguien los despierte con una idea así?
Y si el futuro está escondido en un banco viejo de Idaho… ¿qué estamos esperando para buscarlo?

¿Cuál es el secreto detrás del RECLINER más cómodo del mundo?

¿Cuál es el secreto detrás del RECLINER más cómodo del mundo? El RECLINER que transformó mi descanso para siempre

Es verano de 2025 y estamos en plena búsqueda de ese santuario doméstico que promete algo más que simple comodidad. Hablo del RECLINER perfecto —ese trono moderno que no solo acoge el cuerpo, sino que también repara el alma fatigada. 🛋️ Desde hace un tiempo, vengo escuchando lo mismo una y otra vez: “Necesito un sillón que me abrace, no uno que me trague.” Y yo también me hice la misma pregunta: ¿existe realmente ese recliner? El que lo cambia todo. El que se convierte en tu rincón favorito del mundo.

“No todos los tronos son dignos del rey que llevas dentro.”

Descubrir el recliner más cómodo no es solo cuestión de gustos. Es casi una ciencia del cuerpo… y un arte del alma. Porque cuando estás recuperándote de una lesión, sufriendo de dolor lumbar, o simplemente queriendo apagar el ruido del mundo, ese sillón puede convertirse en tu mejor aliado o en tu peor error. Y créeme, hay más opciones allá afuera que nombres en una guía telefónica antigua.

¿Cuál es el secreto detrás del RECLINER más cómodo del mundo? 31¿Cuál es el secreto detrás del RECLINER más cómodo del mundo? 32¿Cuál es el secreto detrás del RECLINER más cómodo del mundo? 33

Origen: Top 15 Most Comfortable Recliners: A Guide

El RECLINER perfecto no es un mueble, es una declaración

Hace unos meses, una amiga con problemas crónicos de espalda me dijo algo que se me quedó grabado: “No quiero que un sillón se vea bonito, quiero que me salve la vida.” Fue entonces cuando me lancé de cabeza a explorar el misterioso universo de los recliners. Lo que encontré fue una jungla de promesas ergonómicas, mecanismos eléctricos, acolchados con memoria y hasta sillones que parecen salidos de una nave espacial noruega.

Pero primero, lo básico. Porque un buen recliner no se define por su color ni por el precio. Se define por su ergonomía real, esa que alinea la columna sin torturarla, por su ajustabilidad sin complicaciones, y por materiales nobles que invitan al tacto, no al arrepentimiento.

El reino del confort tiene reglas claras

No hay que ser un experto en biomecánica para entender que el cuerpo humano necesita apoyo donde más lo sufre: en la zona lumbar, el cuello, las piernas. Es ahí donde entran en juego joyas como el Stressless Consul, que parece construido por algún vikingo iluminado que soñó con sillones mientras contemplaba fiordos. O el La-Z-Boy Pinnacle, que no solo te abraza sino que te recarga el móvil mientras lo hace. Una cosa llevó a la otra, y terminé probando más sillones de los que puedo admitir sin parecer obsesionado.

Los mejores tenían algo en común: no te das cuenta de que estás sentado, hasta que te levantas y no quieres hacerlo. Ese es el verdadero test.

Y si te estás preguntando si el diseño importa… claro que sí. Pero no del modo en que piensas. Porque está el Eames Lounge Chair, una escultura viviente que más que un asiento parece una carta de amor al siglo XX. Y luego están los Flexsteel, con nombres que suenan a robots de acero pero se sienten como caricias para las vértebras.

“Un buen RECLINER no es solo un asiento, es una cápsula del tiempo hacia tu mejor versión.”

El arte de sentarse bien… y no levantarse

No se trata solo de hundirse en un mar de cojines. No. El verdadero confort tiene estructura, como una buena novela. Tiene elevación automática como el Ashley Yandel, masajes como el Golden Technologies PR-505, cuero que huele a club privado, o espuma que recuerda exactamente cómo te gusta sentarte.

Hay un recliner para cada estilo de vida, eso es cierto. Pero también para cada tipo de alma. Están los modernos como el Parker House Gemini, para quienes quieren un sofá que combine con su altavoz inteligente. Y están los clásicos como el Barcalounger, con ese aire a biblioteca antigua y whisky en mano.

El Franklin Rocker me sorprendió. No es lujoso ni presume, pero tiene algo que pocos sillones tienen: esa sensación de hogar que uno solo encuentra en los recuerdos de infancia. Su movimiento de mecedora es un poema al descanso.

Cuestión de probar… y quedarse

Cuando te sientes en uno, no lo hagas por cinco minutos. Quédate al menos veinte. Siente cómo te recibe, cómo responde a tu peso, si te abraza o te empuja. El cuerpo no miente. Ni el crujido de una palanca mal ajustada ni el susurro sutil de un motor eléctrico que se desliza como mantequilla.

La prueba real del recliner ideal es esa: ¿querrías dormir ahí después de un mal día?

Y aunque el marketing de muchos te prometa la luna, te aseguro que no todo lo que masajea es amor. He probado modelos con más botones que un avión de combate, pero tan incómodos como una silla de dentista. La comodidad, como el buen gusto, no se finge.

El futuro del descanso ya está aquí

Y no exagero. Hay recliners inteligentes que se conectan con tu app del móvil. Que se ajustan a tu postura como un mayordomo robótico. Que te dan masajes programados según la hora del día o tu ritmo cardíaco. Suena a ciencia ficción, pero es tan real como tus vértebras.

El futuro trae consigo materiales que respiran, que se adaptan, que parecen diseñados por alquimistas del confort. Ya no hablamos solo de memory foam, sino de espumas con infusiones térmicas, tejidos naturales que regulan el clima, y estructuras modulares que se personalizan hasta en el ángulo del respaldo.

Y no olvidemos lo importante: la durabilidad. Porque el recliner perfecto no es el que luce bien el primer mes, sino el que sigue siendo tu lugar favorito diez años después.

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.”
(Proverbio tradicional)

Lo vintage y lo futurista pueden sentarse juntos

Los nuevos diseños juegan con líneas limpias, perfiles bajos y materiales que parecerían sacados de un laboratorio de arte. Pero también hay una vuelta al pasado, una nostalgia elegante por lo artesanal. Algunos modelos como el Craftmaster o el Lane Home Furnishings combinan esa estética retro con tecnología oculta que solo se revela cuando pulsas el botón correcto.

Y sí, existen recliners con sensores de salud integrados, ideales para personas mayores o para quienes no quieren que el descanso solo sea pasivo. Dormir bien también es medicina, y en algunos casos, el sillón puede ser más terapéutico que la pastilla.

“Si tu sillón no te hace olvidar que el mundo existe, no es tu sillón”

¿Entonces cuál es el mejor recliner? ¿Cuál deberías comprar? La respuesta, como siempre, está en ti. En tu cuerpo, en tu rutina, en tus noches largas y tus tardes de domingo.

Pero si quieres una guía más técnica con modelos concretos y sus ventajas, puedes leer esta comparativa de los recliners más cómodos del mercado. No es un anuncio. Es una brújula para que no termines tirando tu dinero (o tu espalda) en un sillón que no lo vale.

¿Y tú? ¿Ya encontraste el sillón que cambiará tus días?

Quizás aún estás sentado en una silla que no te respeta. O quizás acabas de descubrir que el descanso también tiene ciencia, memoria, incluso corazón. ¿Te atreves a probar ese trono que te está esperando?

Porque a veces, la felicidad no está en un viaje ni en un logro… está en cómo te sientas al final del día.

El estilo Memphis y la MADERA NOBLE conquistan el futuro retro

¿Vuelve la MADERA NOBLE con más fuerza que nunca? El estilo Memphis y la MADERA NOBLE conquistan el futuro retro

Estamos en julio de 2025 en cualquier salón del mundo donde los muebles comienzan a hablar en voz alta otra vez. La madera noble ya no susurra en bibliotecas olvidadas ni se esconde detrás de cortinajes pesados. No. Hoy vuelve con carácter, sin pedir permiso y acompañada de un aliado inesperado: el estilo Memphis. Una pareja tan improbable como encantadora. Y sí, la madera noble está de regreso, pero no sola ni aburrida como en aquellos catálogos color sepia de los 60.

“¡El nogal y el mármol se toman de la mano y bailan sobre alfombras geométricas que parecen sacadas de una discoteca postmoderna!”. Esto no es decoración: es narrativa visual. Y lo digo sin exagerar, porque lo he visto.

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“Lo clásico se reinventa cuando deja de pedir perdón”

Hace tiempo, la boiserie era ese mueble que uno esquivaba en casa de los abuelos. Imponente, robusta, con ese olor a cera y linaza que te perseguía durante horas. Era funcional, sí, pero sobre todo jerárquica: marcaba poder, gusto, estabilidad. Se originó en la Francia barroca, claro, como casi todo lo que quiso aparentar más de lo que era. Y, sin embargo, aquí estamos, siglos después, devolviéndole su lugar en casas donde Alexa manda pero la madera decide el tono emocional.

Lo curioso es que no se trata de una nostalgia melancólica, sino de una recuperación irónica y creativa. En lugar de replicar, reinterpretamos. Y es ahí donde el Memphis aparece como invitado inesperado: disruptivo, colorido, exagerado, casi infantil.

¿Puede una estantería de cerezo y líneas puras convivir con una mesa de centro en forma de zigzag fucsia? La respuesta es: no solo puede, sino que debe.

“Memphis es una carcajada en medio de un salón demasiado serio”

Descubrí el Memphis hace años en un libro polvoriento de diseño, pero fue en Milán donde lo entendí. Frente a una silla imposible —azul, esférica, y con patas de metal dorado— supe que aquello no era una broma: era un manifiesto. Ettore Sottsass y su pandilla de genios querían molestar, y vaya si lo lograron. El Memphis nació para romper y hoy renace para mezclar.

Ya no se limita al plástico de los años 80. Hoy aparece abrazando madera, mármol, terciopelos y metales nobles. Es como si un diseñador loco hubiese abierto el piano de cola de Chopin y le hubiese metido un sintetizador de los Pet Shop Boys. Funciona, contra todo pronóstico. De hecho, es esa disonancia la que lo vuelve magnético.

Por eso, cuando veo un aparador de nogal con incrustaciones turquesa y tiradores de latón en forma de triángulo, no veo un disparate. Veo futuro.

Origen: Estilo Memphis: vuelve la decoración de los 80

El salón donde la contradicción se vuelve estilo

No hay nada más vintage que la madera tallada a mano ni más futurista que un mueble Memphis con colores de videojuego de 8 bits. Juntos, esos dos mundos construyen una casa que no copia épocas, sino que las convierte en ingredientes. La tendencia no es simplemente decorativa: es filosófica. ¿Por qué vivir en un catálogo cuando puedes habitar un collage?

El estilo Memphis y la MADERA NOBLE conquistan el futuro retro 36 El estilo Memphis y la MADERA NOBLE conquistan el futuro retro 37

El resultado no es solo visual. Hay una emoción ahí. El tacto rugoso del roble. La carcajada de una lámpara asimétrica. El silencio espeso de una boiserie que guarda secretos. Lo retro y lo atrevido, lo sobrio y lo absurdo: todos juegan en el mismo tablero.

Y así, mientras los algoritmos nos dictan qué comprar, los hogares que realmente respiran son aquellos que mezclan sin miedo. Que colocan una silla Memphis como quien deja una bomba de pintura en medio de una biblioteca inglesa. Que abrazan el nogal, el cerezo o el ébano, no por lo que fueron, sino por lo que pueden decir hoy.

“No hay innovación sin rescate, ni estilo sin memoria.”

Y no lo digo yo, lo dice cada objeto que rescatamos del olvido para devolverlo al ahora con un guiño de ironía.

El arte de mirar hacia atrás sin quedarse atrapado

¿Qué tienen en común un salón Luis XVI y un loft neoyorquino de paredes blancas y cables a la vista? Nada… hasta que aparece una boiserie pintada de verde pistacho flanqueada por dos sillones Memphis como sacados de un videoclip de Grace Jones.

Las tendencias no se dictan: se provocan. Y esta, la que une madera noble con color y geometría, lo hace con una osadía que muchos no entenderán hasta dentro de unos años. Pero ahí está el encanto. Como todo lo verdaderamente elegante, necesita tiempo para ser comprendido.

Y mientras tanto, los valientes —o simplemente los cansados del gris y el blanco absoluto— ya están tomando nota. O mejor dicho: ya están mezclando. Con esa deliciosa falta de respeto por las normas que solo da la libertad.

Filosofía Memphis con corazón de roble

Si el Memphis es una broma elegante, la madera noble es su contrapeso emocional. Y juntas crean algo tan raro como necesario: una estética que no pide permiso. La geometría vibrante se convierte en piel, en estructura, en altar. Y lo que antes parecía incompatible —el alma artesanal del nogal y la locura pop del poliuretano— ahora se da la mano en un vals retrofuturista.

Los materiales no mienten. La madera sigue oliendo a bosque, aunque esté pintada de rosa chicle. El mármol pesa, aunque tenga forma de arcoíris. Y eso, en un mundo de simulacros, vale más que mil renders.

“No hay hogar sin historia. Ni historia sin contradicciones”

Así que sí, la madera noble ha vuelto, pero no lo ha hecho sola. Vuelve en compañía del Memphis, de lo absurdo, del color, de lo geométrico. Vuelve no para replicar salones de antaño, sino para recordarnos que el hogar es un experimento constante, una obra abierta, un lugar que no tiene que complacer a nadie salvo a quien lo habita.

¿Te atreves con una estantería con forma de rayo sobre una boiserie con molduras? ¿Colocarías un espejo de marco neoclásico encima de una consola fucsia y azul eléctrico? Si la respuesta es sí, bienvenido. Si la respuesta es no… también. El estilo Memphis no necesita tu permiso, y la madera noble no se ofende. Esperará.

“La verdad espera. Solo la mentira tiene prisa.” (Proverbio tradicional)

Porque el diseño que vale la pena no es el que se impone, sino el que resiste. Y estos muebles —a su manera loca o solemne— resisten.


¿Será este el comienzo de una nueva elegancia impensada? ¿Estaremos al borde de una era donde el nogal y el neón decoren el mismo salón? ¿Y si el buen gusto fuese, después de todo, una buena contradicción?

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